Mientes. Y lo haces de maravilla. No tanto por tu objetivo
si no por lo de que lo haces a menudo y tal. Y es que no pasa nada, nadie es
perfecto, ni tan siquiera mintiendo. Volviendo a lo del objetivo, de mentir, es
engañar, ¿no? Ese es el objetivo de todo aquel que miente, engañar. Pero
recuerda algo, no todo el que miente es mentiroso.
Puedes mentir a diario, casi siempre o casi nunca. Pero
jamás puedes mentir si la mentira no es tal. Que si no cuela, no cuela. Y tu
mentira no será mentira y por lo tanto jamás habrás mentido.
No obstante te vuelvo a reconocer que lo haces de maravilla.
Porque a pesar de todo no dejas de intentarlo. No desaprovechas nunca una
ocasión para intentar mentir. Te da igual la circunstancia y la persona. No te
importa mentir al respecto de nada ni ante nada, ni siquiera cedes en la
mentira ni ante tu santa madre.
Intentas esconder tus fracasos con mentiras. Inventas éxitos
que no son tal en tu vida. ¿Y todo para qué? ¿Qué ocultas? ¿Quién o qué tratas
de ser con tus mentiras? Basas tu existencia en la mentira como modo de vida.
Ocultas tus miedos bajo una manta de mentiras que no hacen otra cosa que
perjudicarte. Vives en un mundo que no es real.
¿Quieres ser mejor o aparentarlo? Si eliges lo segundo, está
bien, es tu decisión. Pero si eliges lo primero, lo de ser mejor, estoy seguro
de que puedes. Nada hay que esconder. Ni el más grande de los defectos superará
jamás al defecto que padecen los mentirosos. Como dijo aquel, tú eres tú y tus
circunstancias y nadie podrá nunca mirarte por encima del hombro por ser como eres,
incluso si eres diferente.
De verdad, de corazón, te invito a vivir sin tapujos. A no
esconderte de nada ni de nadie. A no tener miedo a mostrarte tal y como eres.
Te invito a aprender de tus errores y a no esconderlos con mentiras; te invito
a mostrarlos para que no sean un lastre en tu vida. Porque solo
siendo tú podrás acercarte y alcanzar eso que llaman felicidad.
Lo más paradójico de todo, lo más real y lo más triste
probablemente es que quien miente, no engaña a otro que a sí mismo. Así que no
lo hagas por los demás, por nada ni por nadie. Hazlo por ti. Quiérete y vive de
verdad. Con esa verdad por delante… tu verdad.
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